26.9.12

Diarios de Bicicleta


Nunca ví la película a la que haría alusión con este título, sin embargo me pareció apropiado nombrar así esta entrada. Verán pues, que yo no me había subido a una bicicleta desde, creo, mis 13 años, si acaso una vez que salí con una chica que nunca se había subido a una, lo cual, a sus 24 años era impermisible.
Ahora que tengo mis semanas acá, me conseguí mi primer bici, vaya que me compré yo porque las que usé antes habían sido regalos o premios por buenas calificaciones. Hoy día me la apropié por cuestión de necesidad de movilidad, ejercicio y experimentar un estilo de vida diferente.
Ahora que visito lugares más lejanos valiéndome sólo de la energía de mis piernas puedo ver las cosas de una manera distinta, la falta de vías adecuadas y seguras para ciclistas de las que tanto se quejan en todas las grandes ciudades. La infinidad de accesorios que puedes acoplar a tu bici para imprimirle una personalidad. Cranston tiene muy buena cultura vial, la mayoría de los conductores son amables y ceden el paso, lo cual ayuda mucho en esos tramos donde no hay mucho espacio para circular.
La ciudad tiene una vía para recorrer medio estado en bici, no sé si intentaré recorrerla pronto, aún no soy un Lance Armstrong y apenas me estoy acoplando. De todas maneras quiero compartirles el entusiasmo que sentí el primer día que fui al trabajo sobre ella, me transportó a ser un adolescente de nuevo. Al subir en ella se siente el viento fresco rodeándome, una sordera parcial debida a la velocidad del aire pasando por mis oídos todo lo anterior ayuda a aislarme del entorno que se mueve veloz bajo sus llantas. Tengo la fortuna de haber llegado aquí junto con el clima fresco de principios de Otoño, y aún puedo entrenarme para tolerar el crudo invierno que todos dicen que llegará más frío que en años anteriores. Puede que me falten días de preparación mas no me aflijo porque creo que con la nueva adquisición pocas cosas podrán detenerme antes del invierno, eso y que el abanico de posibilidades de aventuras parece no sólo tener doble vista, sino dobles aspas, retráctiles y quizá más grandes de lo que podría necesitar.

16.9.12

Viviendo México


La primera vez que celebré el grito de independencia fuera de mi país fue ayer, en Boston. Tenía las expectativas altas, después se vinieron al suelo luego volvieron arriba pues soy optimista y al final, pues quedó este relato:
Vic me había invitado porque vio la información  para pasar la fecha con el Cónsul mexicano de Boston. “Festival del taco” donde competirían los restaurantes de Nueva Inglaterra, bastó leer eso para decidirme a ir. Lo trágico del evento fue que el cover, sólo incluía una banderita de papel y una boleta para votar por el taco más sabroso, adentro del inmueble (uno de esos gimnasios con duela del equipo colegial, típico de EUA) todo lo que se podía consumir, costaba y no era barato. Los primeros tacos que comí estaban generosamente servidos y eran de doble tortilla por $1, después comí unos más grandes de tortilla sencilla pero a $2, y al final unos similares pero  diminutos y al mismo precio. Si son muy fijados en los números como yo, notarán que la razón de dinero/comida empeoraba con cada taco que probé. De la cerveza ni hablemos ¡porque estaba a $7!... nos dolió tanto el codo que sólo bebimos una cuando bajaron el precio a $5 debido a que batallaban mucho con la feria.
La organización del grito oficial pudo haber sido más célebre y patriótica, pues fue al término de una canción y sin mucho aviso se oyó un “Aquí está el cónsul para dar el grito”, acto seguido: “¡vivan los héroes que nos dieron patria!...” nos tomó desprevenidos a todos -¡¿Viva?!. Esto no opacó a lo que sin duda fue lo mejor de la noche: ¡los mariachis!. A mí de verdad me gusta el folklor mexicano, sin embargo algunos de mis compañeros aplicaron la apatía y se perdieron de lo que hace especial a la música: los sentimientos que nos evocan, como los inspirados por de letras del tamaño de “Si nos dejan”, “Mujeres Divinas” incluso la de “Volver volver”. Con mi mes acá, que en verdad no es mucho tiempo, me emocioné por escuchar nuestra música mientras me inventaba las vidas de los demás asistentes: los mojados, restauranteros, obreros, los que ya nacieron aquí, los que acabamos de llegar; destinos, motivos y propósitos tan diferentes para cada uno.
México es alegría y fiesta sin importar qué, lo pude ratificar al oir escuchar nuestra música y ver a los niños correr y bailar disfrazados de charros. El espíritu de familiaridad y pertenencia me arrolló cuando me vi hablando con un Suizo. El tipo se casó con una mexicana y se fueron a vivir a Boston después de haber fracasado al intentar ser felices en su nación europea. “It was a huge mistake” recordó con seguridad ya que ahora “we´re much better here”. Ella es Mexicana pero sus padres hicieron vida en Chicago cuando era joven y se la llevaron. Papá es de Ohio y Mamá del DF, llegó a comentar en algún momento. Suiza y México no son tan diferentes en cuestión familiar decía el suizo; pues sus papás viven con nosotros, y está muy bien, es agradable tener manos que ayuden en la casa y su compañía. Su historia de amor y de distancias, su pasión por el fútbol “because that’s the only sport we care about in Switz, and the only one we like top lay”, los viajes y proyectos cambiantes fueron los temas de nuestra conversación, que esa noche empezó con “Oh, I´m from switzerland, I came here (al evento) with my wife and we´ve been living in Boston for the last 20 years”. No tengo idea de cómo se llamen y sé que no los veré de nuevo aunque estoy seguro que no olvidaré esa noche de exagerado sabor a México.

14.9.12

Comiencen a repartir las noticias


A inicios del presente mes se celebró en este país el día del trabajo, obvio ¡sin trabajar!, que bueno que no hacemos eso en el día de la cerveza o cosas por el estilo. Como teníamos un día más en el fin de semana, aplicamos la de alejarnos de las ciudades donde vivimos nuestras rutinas, si hablo en plural es porque al llegar a Nueva York, me encontré con mi amigo Rómulo.
Debo reconocer que lo valioso de la escapada era su compañía que ha probado ser valiosa en viajes anteriores. Como la vez que por azares del destino, nos tocó pasear por Orlando: estuve asignado a una ciudad cercana a Lakeland que es donde él vive. Por lo regular mis viajes se mantienen alejados de las actividades programadas por los tours y las selecciones de esas compañías que conocen la ciudad pero no a los viajeros.
Nos transportábamos a todos lados sobre los autobuses de Hop-On Hop-Off que pagamos pa’ los 3 días que estaríamos recorriendo la ciudad, lo que vale de esos buses es cuando uno de esos guías sabe develarte lo que buscas y necesitas en el viaje. Algunos sólo son enciclopedias de datos que olvidas al instante de bajar del autobús y otros tienen el carisma de un huarache al que se le ha roto el soporte que va entre el pulgar y el índice.
Lo que más me gustó de la escapada fue poder la versión de Broadway de “El Rey León” en el Minskoff, la imponente vista desde el Empire State y el cierre solitario que me di al recorrer Central Park. La obra por la indudable similitud con lo que me ha tocado vivir y la lección que olvidé pero estoy reaprendiendo. El edificio por lo emblemático que fue, ya que sigue siendo un ícono de la ciudad y la increíble vista rodeada de mundos de asfalto, metal y cristales, sin contar los millones de personas que se mueven a su alrededor y aún así, en medio de todos, que no se oigan sus vidas allá arriba. Al parque ya me aventuré a ir solo, para descansar y disfrutar del tiempo conmigo, que pareciera nunca me lo doy; ver tantas personas aprovechando el mismo espacio que yo para hacer actividades tan diferentes a la mía me mantuvo entretenido por casi 2 horas, expectante. Cabe destacar que una hora la pasé durmiendo, de li ciosamente sobre el pasto fresco por la leve capa de humedad que lo cubría.
No dudo en que regresaré ahora a conocer el Restaurante de Seinfeld, el puesto del Soup Nazi, el restaurante donde Harry conoció a Sally y uno que otro recoveco alusivo a los filmes y series que tanto me gustan. Y claro, les platicaré la experiencia de vivirlo.

13.9.12

Subterranean Homesick Alien


Hace un mes que llegué a estas tierras, todos parecían convencidos de que sería de lo más fácil y emocionante que he hecho. La verdad distaba mucho de eso, al menos los primeros días. Verán, yo me creía listo y preparado para emprender un viaje solo (a medias) y al llegar acá, sin familia, amigos y demás personas importantes, la bendita soledad me pegó mucho.
Ocultar que llegué hasta las lágrimas de desesperación por lo incierto de esta aventura, sería como mentir y no aprendería de ello, sí, me pudo mucho el no tener el rumbo claro, pues hasta mi 20vo día no sabía yo cuál sería a ciencia cierta mi presupuesto para el mes, no tenía dónde vivir, ni medio de transporte confiable súmenle el poco contacto con los míos.
Soy un hombre muy familiar, y de ésta y otras verdades me voy dando cuenta hasta ahora que estoy acá, también suelo hacer amistades fácilmente y me he hallado con un grupo de mexicanos que puedo ver los fines de semana. Eso de oír de viva voz a alguien que domina tu idioma es sin duda un gran alivio cuando se vive tan lejos de la tierra en que crecimos. Bien dicen que el hogar está donde está el corazón, puedo asegurar que mi hogar anda en Monterrey, Guadalupe y SanNicolás (Tigres!)
Todos los viajes ilustran, y la persona que se va no es la misma que regresa. Hay tantas frases relacionadas con situaciones como ésta. Yo las creo todas, y siento que este año de autoexilio es en el que me encontraré, en el que definiré lo que quiero, y donde trabajaré por las cosas y personas que de verdad valen. ¡Agárrense!.
Hoy por hoy me queda claro que quiero regresar a mi ciudad y mi país. Extraño mucho mi estilo de vida, mis escapadas nocturnas a través de toda la ciudad y la facilidad de ir al cine, al parque o al teatro. Pero no se crean que todo es tragedia y nostalgia he hallado camino de lo que quiero hacer en este cierre de año, además de un plan tentativo para el resto de mi estadía acá. ¿les conté que estuve en una competencia de Bote Dragón?
Es una oportunidad que no podía dejar pasar, de volver un poco a ser ese chaval que sale de la zona de confort para aprender algo nuevo, que viaja, que aprende y crece con cada nuevo reto. Los extraño a todos, sí, pero sé que independientemente de la circunstancia de mi regreso, sea nostalgia, tristeza o término de proyecto; me sentiré mejor al superar esta distancia física y mirar atrás satisfecho de que ni siquiera eso me aleja de los míos. Ya vine, Ya vi, y con ayuda de ustedes…

9.9.12

Del Barrio al Ghetto


La vida es emocionante, por donde quiera que la vean. Vine a trabajar al norte de Estados Unidos, a una ciudad modesta, tranquila y pacífica, al menos en su mayoría, pero como toda metropoli yankee, tiene sus barrios de gente pintoresca y estereotipicable a más no poder.
Había comentado que esta historia merecía mención aparte y es cierto, mi día comenzó con preguntar cómo tomar el autobús y el personal del hotel donde me quedo es tan fresa que ni siquiera saben cuánto cuesta el pasaje. Yo ya había senalado en gMaps ciertas rutas que me llevarían cerca de los depas que estoy considerando para vivir. Inicialmente mi plan era sólo tomar 1 bus hacia el trabajo, he cambiado de opinión y ahora busco un lugar cómodo y agradable, el transporte se verá después.
Nada pues que aquí en Providence los autobuses los maneja el RIPTA, y puedes ver los horarios en google de cuándo pasarán los camiones y si tienes que alzar el puño con ira a los cielos justo cuando acaba de irse ése en el que querías irte, esto porque casi siempre el siguiente bus tomará de 30 a 40 minutos en pasar.
Tomé el 20 hacia el primer depa de ese día. Buen lugar a precio accesible y cerca del bus, pero con todos los servicios a mi cuenta y eso le aumenta el costo de vida considerablemente. De ahí salí a la calle donde pasa el transporte y decidí revisar las rutas con el celular. Crucé la calle para tomar sombra mientras consultaba mi siguiente traslado, desde ahí vi a una joven que me pareció simpática, ella esperaba el autobús en la parada donde yo debería estar, pero no me acerqué. Pasaron unos minutos y noté que el camión se acercaba, corrí hacia la parada del bus y la escuché:
- bdkfu bklsd fiyb ?
Yes
- oh I thought that guy was looking for me but I didn’t know him.
Wait what?
- he WAS your ride wasn’t him? your friend
I don’t know what you’re talking about, I’m here to take the bus
- Oh right, that explains why he was honking at me, like you know, well, weird... that’s shady, you know, like, stopping and talking to me like he knows me, but, inside the car, you don’t know me buddy and what do you want? He doesn't know me why would he do that?... that sucks man.
Yes I guess...
Subimos al Bus; y ¡Oh maravilla de las coincidencias! había 3 lugares libres así que nos tocó platicar un poco más. Me ayidó a orientarme en dónde sería mi próximo descenso aunque en realidad yo no lo ocupaba, creo que me lo repitió como 4 veces y claro nunca le puse atención. Me perdí en sus ojos verdes miel, sus perforaciones en las orejas y labios y en su repulsivo orificio entre sus dientes frontales. Eso y que me puse a la defensiva cuando me contó que ella solía ir por el mismo rumbo cuando asistía a una casa de rehabilitación por abuso de alcohol y drogas. (¿pues a qué lugar voy a parar? me pregunté)
Dicho y hecho, pasé por un barrio de Canadienses, de esos color Morgan Freeman, típicas casas de ghetto y de barrio latino salvaje que vemos en las películas como El Gran Torino. Pero aquí no había Clints Eastwoods que cuidaran de mí. El haber crecido en barrios como Valle Verde estando en Monterrey te prepara para estas situaciones, la onda es mantener bajo perfil, andarse con cuidado y evitar el eye contact.
El 2do apartamento estaba bien, algo costoso y grandísimo pa’ una sola persona pues está pensado que sea lugar pa’ compartir entre tres, había sido ya bastante movimiento por el día pero faltaba un departamento más. El casero del 2do apto, me infundió temor al saber la dirección de mi última escala.
- don't go there man, it's a though neighborhood... Even the kids would try to rob you at night.
Soy valiente porque confio en que sé cuidarme en esos barrios, pero ¿Pa qué arriesgarle? Más después de haber visto un par de mujeres de vida galante y a "mis vecinos" una Canadiense obesa con unos 6 hijos gritándose entre todos, en el pórtico de su casa mientras que en la casa de enfrente nos observaba un tipo del que seguro sacaron el molde para hacer a los dealers de las películas.
Pedí al casero que me dejara en la parada del bus, no quiso, me dejó algunas cuadras más al norte para mayor seguridad. Aquí ya no supe si fui valiente o ingenuo.
Esperé el bus, recuerden que tarda 30 a 40 minutos en pasar. En ese tiempo vi un borracho que no podía estar sentado en la banca de la parada del RIPTA sin ayuda, sacaba su cartera y tiraba todo lo que tenía dentro al buscar unos billetes que no tenía. Recogía todo y buscaba esos billetes de nuevo para comenzar el ciclo; tres veces. Señoras rednecks que bajan del camión y antes de dar las buenas tardes preguntan si te sobra una moneda. Autos del año con tripulantes sin camisetas o de esas interiores de tirantes...
El bus 14 pasaba seguido pero el 20 que yo necesitaba parecía no querer aparecer nunca. Llegaron dos puertos con finta de latinos, puertorriqueños, y hablaban de acuerdo a su edad pero con ese toque de ghetto. Hicieron llamadas a celulares, nigga this, nigga that... Hey jo, give me a ride... Ya saben, clásica fanfarronería hasta que se puso serio preguntándome algo
- hey joe, man yknw som tbut place smiley face?
oh yes, no, wait, yes, I don't think I follow
- joe shit yes the yellow smile restaurant ov' there
I don't know but I see it, I guess
- I'm going there man, tomorrow
oh, we'll... Good I guess, food is awesome or something?
- nigga No!, hahah (smiles and laughs with his bro)... I'm G O I N G, t h e r e...
Aquí lo mejor era conservar la calma, fingir coolnes y dar gracias a la ropa desgastada y el cabello embarañado que traía yo en ese momento, no notaron que yo no era del barrio. Supe que fingí bien cuando abrió su backpack sonriendo maliciosamente y tomó una pistola que cargaba ahí.
breathe.
Me contó los porqués de su objetivo y de las instalaciones, del menú y la gente que trabaja ahí. El siguiente bus tardó poco en llegar pero suficiente para enterarme a grosso modo del plan. Subieron y se fueron contentos por haber impresionado a alguien con su boleto de lotería ganador asegurado por sus propias manos.
Llegué al hotel y conté todo a mis compañeros de trabajo, quién diría que buscar depa sería tan emocionante.