21.2.11

Epic Weekend!


En lo que espero que se baje el nuevo episodio de una de mis series favoritas (HIMYM) les cuento lo que sucedió el fin de semana pasado. Estuvo tan lleno de emociones que bien valen que desempolve este blog y renazca con historias de familia, fútbol y cumbias.
El viernes fue el cumpleaños de la señora que más solicitudes de “suegridad” recibe pero nomás no le doy chance de que le lleguen al mantener mi estado civil como “solterísimo”. Cumplió años mi mamá y su festejo fue que no la hiciéramos trabajar tanto en la casa y no cocinó nada en todo el día, en cambio le compramos toda la comida que quiso y hasta limpiamos un poco la casa. Era el “pre” para el evento fuerte de la semana: El ClásiContreras
En la ciudad hay dos equipos de fútbol bastante chambones, simplones pero que despiertan una pasión por el juego que podría competir con los tifosi y darle pelea a los hooligans. En mi familia de aproximadamente 50 personas 40 le van a un equipo y los otros 10 que sí sabemos de futbol le vamos a Tigres :P
El derby o clásico, como gusten llamarlo, cayó este torneo el pasado sábado 19, y aprovechamos para ver el juego en lo que festejábamos a los cumpleañeros del 4, 18, 19 y 20 de Febrero. Es tradicional en Monterrey que asemos carne los fines de semana y más cuando hay fútbol. Y con un partido tan importante como ése (es el más importante en la ciudad) nos quedó inmejorable la reunión. Al final con un empate sin sabor por la carencia de goles, empezó la cena y los bailes, las pláticas, los chistes y el goce de la familia. De convivencia y de un pedacito de cielo alejado de toda esa mala fama que le hacen a nuestra ciudad.
Me imagino que esto debería ser un titular en algún noticiero: “Familia festeja cumpleaños y clásico sin altercado alguno”, algo alegre, algo contento, algo feliz que para malas noticias están los medios tradicionales y para compartir la joie du vivre, estamos acá, a paso firme y adelante.
El cierre de mi fin de semana lo di en una tocada en el barrio antiguo escuchando a mi banda más favorita de años de secundaria e inicios de preparatoria: El Gran Silencio. El flashback fue inevitable con esa música, los empujones, el ska, el sudor y los cantos/gritos de sus éxitos más populares. Fui con mis homies del parkour al evento y lo gocé como si tuviera 3 años menos que ellos; posteriormente recuperamos energías en un restaurante de esos rumbos y nos alegramos de haber asistido al evento. Con raggamuffin norteño y pura sabrosura se acabó el fin de semana. ¡Pura Yeska!