10.11.11

Ilustraciones Cervantescas

La última semana de octubre me apliqué para viajar al Festival Internacional Cervantino XXXIX. Creo que es la 5ta vez que voy a ese festival y siempre encuentro algo nuevo, y siempre veo a los mismos mimos y payasos.
En este viaje me acompañó mi primazo de mi vidaza finés y un cuate de la oficina. El plan de uno era conocer porqué hacía yo tanto alboroto de ese festival y el otro quería conquistar mujeres. Eso puso el viaje algo difícil de manejar puesto que los museos y atracciones turísticas como las momias, pasaron a segundo plano. Yo como ya conozco varios de los museos y sus exposiciones no cambian mucho, pues no estaba muy animado por volver a ver la alhóndiga o el iconográfico; mucho menos ahora que no tengo credencial de estudiante y debo pagar por ver las exposiciones.
“Todos los viajes, ilustran” es una frase conocidísima y la creo, la creo porque es cierta y me ha sucedido, si bien no conocí lugares diferentes en esta ocasión, aprendí sobre mí mismo. Quizá no en el mejor sentido filosófico y asceta de la palabra, pero al menos aprendí algo más.
Resulta ser que estando en la fiesta, la primer noche, conocí a muchas personas cuyo nombre no puedo recordar; pero queda en mi mente la hazaña de haber roto mi récord personal de más mujeres con las que he bailado. Increíble que con lo miedoso que soy haya logrado tal hazaña, el cómplice fue el alcohol que siempre tuvo fe en mí. Puede que sea ésta la lección que me dejó el viaje, pero es proyectable a pensarse que no es una dependencia del alcohol como Raj, sino más bien, recapacitar del potencial que hay en la persona y que sólo ocupa una excusa para explotar y crecer. Me pregunto si tendremos todos muchos Rajs temerosos dentro de nosotros mismos y sólo ocupamos placebos para ir más allá. ¿les ha sucedido algo similar?... sé que sí, ¡cuéntenme!

1 commento:

arturosc ha detto...

Lo único que puedo decir es que bendito sea el alcohol.