De subida
He escuchado que cuando uno anda depre o de malas… anda de bajada. Y muchas veces lo que nos hace salir de ese estado es que alguien nos dice que “no se puede estar peor” y que de ese punto en adelante “todo es de subida”.
Creo que mi inicio de semana fue así. Desperté a tiempo para ir a la oficina, pero al intentar encender mi coche éste no quiso despertarse, lo dejé dormir y fui por mi excarro: el popularsísimo “Chado” tenía gas suficiente como pa’ aguantarme un par de días así que mi plan de usarlo sólo el día de hoy era infalible, al menos eso creí los primeros 20 minutos de manejo.
El tráfico siempre es el mismo y siempre se “respira” a gusto al salir de él a la misma altura todos los días, hoy me tocó ser el último estorbo de ese tráfico cuando a Chado le falló la marcha (según el diagnóstico inicial de mi madre). Tuve la suerte de que una grúa me trasladara de subida y bajada hacia un lugar seguro. De ahí a tomar taxis y esperar que las llamadas hicieran su efecto y volvieran a la vida a Chado.
Al Corcel Negro se le agotó la batería, quesque por el frío, vayan ustedes a saber pero ya le echamos carga y mañana será un martes como todos, al menos al inicio.
La semana va de subida, porque el que te fallen dos coches y tengas que despedirte de un familiar que casi no conociste, que acompañará a su hermano y a tu abuelo en compañía de tanta familia que se queda con lo bueno, porque “de lo malo también tuvo”; debe ser sólo subida. De aquí en delante, sólo para arriba.