Perfecta desconocida
Me lancé a la aventura, después de que mi primo decidiera permanecer en casa la noche del jueves, como el llanero. No tenía mucho sentido ni coherencia el hecho de salirme a solas con el plan de divertirme; ya que no suelen verme así en mi casa, mas la temporada examenil se terminó justo ese día y ya mi destino calificatorio no estaba a mi alcance... dependía ya del juicio del profesorado.
Me fui... pensando que encontraría a una sola persona, entre tantos. Una sola es la que necesito para evadir la peste de soledad, y si no... pues habré de analizar a cada persona que esté cerca, porqué llegaron a ese lugar, lo que sus ropas han de decirme y lo que sus gesticulaciones delatarían de esa personalidad que intentan encubrir con los típicos converse y los pantalones de mezclilla rotos rodillilmente.
Hablé con Lucky, un rato, no esperaba cotorrearlo tanto, pero tenía que llenar ese hueco y hacerme mejor persona interesada en los demás, al hacerle platicar de sus vidas y sus facetas. A él lo pude haber ido a ver el año pasado a un tributo a Radiohead en la escuela, pero me fue imposible por el xv años de una de mis primas (lo bueno es que el 27 del siguiente mes nadie cumple años(en el mundo))
Las conexiones entre las personas me fascinan, aunque a veces me aterran, esta noche me encantaron, la facilidad con la que un tipo quedaba pasmado ante la vista de una guerinha de ojos claros, claro, yo lo habría hecho de similar manera (el quedarme pasmado), pero me prometí hace algún tiempo, que no dejaría que mujer alguna me engatuzaría bestialmente, que no las miraría de arriba a abajo de una sola pasada, que sería discreto si es que me llamaban la atención. Y me lo he cumplido.
Esa noche, la acompañante del joven aquél, platicaba mucho con él. Es fácil darse cuenta cuando hay algo entre dos personas, y cuando se son amiguetes, es mucho más fácil saber en qué momento puedes interrumpir y ganar la atención de cualquier parte de la amistad aquella. Así que en lo que él desapareció o habló con alguien más. Hice mi entrada, cómica como siempre, y comenzamos a platicar.
Ella era una perfecta desconocida, y yo, pues un chinudo cualquiera, que no quería regresar temprano a casa. Hablamos de él(su amigo), siempre se puede hablar y criticar a las personas, sólo con unas cuantas logras discutir ideas, pero no por eso desechas las conversaciones efímeras; uno nunca sabe. Y así supe de su poliglotería, similar a la mía, de su estilo de vida vago de hoy en día, y de su futuro matrimonio.
No supo ella lo feliz que me hizo al decirme de volada y de manera discreta (como debe de ser) de la existencia de su novio y sus 5 años de relación, su plan de vida y de la posibilidad que hay de verla de nuevo los siguientes jueveses, al menos hasta que venga a mty su noviecín.
De ahí me rolé con los streets y con tomba y jaykob... salieron muchos conocidos en la velada. Pero lo memorable es aquella jóvena que sonreía, con la gracia y la fascinante mirada que sólo las desconocidas pueden brindar. Esa simpatía que sólo dura una noche.
Pero que recuerdas todos los jueves.
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