Cosimo di Rondò
Hoy se celebra la terminación de la lectura del libro "El Barón Rampante" del señorón Italo Calvino.
Lo empecé en las vacaciones de semanasanta y no cumplí mi promesa de acabarlo en una semana, en gran parte porque me propuse hacer demasiado sin contemplar bien el tiempo.
Pero hoy lo terminé... el barón ha muerto y encontré el nexo que me hizo disfrutarle al leerlo. Empieza como los otros libros que me han gustado sobremanera, con niños, con protagonistas infantes y con ideales infantiles pero con temples tan maduros que los acompañan a lo largo de su historia. Al igual que al joven Oscar Matzerath con su tambor de hojalata y su insistencia en no crecer, el Barón Cosimo Piovasco di Rondò se propuso no bajar de los árboles el día que le impusieron comer unos caracolillos que intentara rescatar de las recetas culinarias de su hermana Battista.
Es también, como todas las grandes historias, una historia de amor, bueno al menos tiene un marcado episodio dedicado a él. Lo que me recuerda la gran postergación que he tenido para ese escrto. Beh. al menos ya tengo más material que agregarle.
Hoy se ha terminado la aventura arbórea, sólo en relatos, las terquedades y lecciones ahí se quedan y falta pasarlas de las notitas a la gran libreta. Falta poco para comenzar de nuevo con "el úlitmo don" pero ya será prontísimo.
1 commento:
aloha...
yeah! ya lo acabasteeeee... bueno, luego te alcanzo y te platico algo más que no tenga que ver con bocanadas de aire color verde pericoooo.
cumpleaños se avecina, qué emoción.
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